martes, 27 de octubre de 2015

Soy yo...la misma?

Nuestra vida día a día va cambiando, no nos damos cuenta porque estos cambios pasan muy lentamente, pero en nuestra piel y en nuestros recuerdos se quedan plasmados.
Ahí estoy yo hace 8 años. Una mujer soñadora,ambiciosa y con la ilusión de emprender el vuelo. Mi dirección en un inicio tiene un sentido, pero conforme va pasando el tiempo cambia y toma otro que jamás me imaginé que llegaría tan pronto.
Mi vuelo ya no es en solitario, lo comparto con otra persona más. Una persona que me lleva a conocer lugares que enriquecen como persona, que llenan el alma. Que se graban en tu memoria y en todos tus sentidos. Que te producen sentimientos de alegría, de felicidad, de incertidumbre, de nostalgia y algunas veces de tristeza. Mi vida se ha llenado otra vez, se ve envuelta del estira y afloja del matrimonio, de ser cómplices y leernos en silencio.

Mi vuelo sigue avanzando, no para. Se ha convertido en un vuelo de tres. Una personita ha llegado a revolucionar nuestro mundo, nuestro ser. Una personita tuya y mía, de los dos. Nos ha enseñado cosas que nunca pensamos que íbamos a aprender. Nos ha adentrado a un mundo donde la fantasia se vuelve realidad. Donde las preocupaciones llegan sin que las invitemos y las risas nos hacen recordar y trasladarnos a nuestra propia infancia. Nos ha hecho desafiar nuestros límites y a encontrar nuevos caminos. Nos ha ablandado nuestro corazón y lo que pensamos que nunca íbamos a hacer.
Ahí está ella, una cosita pequeña aprendiendo a hablar y ya está lista para convertirse en modelo a seguir. Ella que no comprende lo que sucede a su alrededor y que busca seguridad a lado de nosotros. Ella, recibe a un nuevo miembro en la familia, ella se combierte en la hermana mayor.
Debuto como madre por segunda vez, ahí estoy yo, como si hubieran borrado todo lo aprendido y volviera a empezar. Con la cabeza abrumada y el corazón desbordándose de amor. Sin ojos para otra cosa sino para mi pequeña familia. Perdida después de estar acostumbrada a tenerlo todo bajo control. Hago mi mejor esfuerzo y creo que lo logro. Que difícil y todo aprendiéndolo conforme la marcha. Lloro, rio y a veces las dos juntas. MI cabeza está aquí y está allá. Desorganizada pero organizada a mi manera. Mis hijas felices…
Pasa el tiempo, pero no tanto porque al paso de los meses recibimos al ultimo miembro de la familia. Todo es tan rápido, tan absurdo, no se cómo reaccionar. Me sacan de control y tengo miedo. Estoy sola, cómo le voy a hacer con tres? Seguido me pregunto si todo lo que estoy haciendo lo estoy haciendo bien? Yo veo a mis hijos, sanos fuertes y felices, pero esto de la maternidad es un constante aprendizaje. Bueno y malo y muchas veces nos hace dudar de nuestras capacidades.

Hoy estoy aquí, con muchas historias que contar y aún soy todavía muy joven. No soy la misma, claro que he cambiado! No solamente soy responsable de mi, sino de tres, cuatro y cinco seres vivos también.
Me he dado cuenta que a lo largo de los años voy desempeñando roles que desconocía que podía realizar. Roles de los cuales no tengo ningún conocimiento y que he sacado adelante conforme mi razón me da a entender.
Roles que pueden ser tan significativos en esta empresa a la cual llamamos familia. Roles que alimentan el alma y que nos hacen más fuertes. Roles que disfrutamos y otros que sólo nos angustian. Roles que compartimos y otros que vivimos en silencio.

Hoy te comparto todos estos roles que soy, que aprendo y que respiro. No camino sóla, camino contigo; te escucho, te leo y te entiendo. Comparto tus alegrías y tus tristezas. No te conozco pero te siento y esta maravillosa locura de ser madres nos lleva a ser todos en uno.

Yo sigo aquí, con ilusiones y sueños, míos y de mi familia. Si, seguramente hay muchas cosas que pondré en pausa y que me pueden significativamente, pero aunque digan que nadie es escencial, no es cierto, yo soy escencial para mi familia, soy uno de los dos pilares fuertes que la sostienen. Y aunque sienta que muchas veces me vengo para abajo, no hay cosa más reconfortante que el saber que mis hijos están bien, que todo mi trabajo se ve reflejado en ellos; que en sus caras se dibuja una sonrisa y que al final del día el rol que mejor desempeño es Mi Rol de Madre.

M.







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